cols="40" rows="2">

Recalculando

Esta semana en el foro de linfoma tratamos un tema que me interesó mucho. La vida después de linfoma y lo difícil que es sentirse normal. Hablé con personas que aún estando curadas por más de veinte años, no pueden volver a su rutina de antes de enfermarse. Una de las cosas en las que todos coincidimos es que la gente que tenemos a nuestro alrededor espera vernos como antes y no entiende que aunque estemos en remisión nos ha pasado un terremoto por encima y eso no significa que nos sintamos bien. Hay gente que se recupera rápido, hay gente que no, y hay gente que nunca lo hace. En lo que hace a mi caso he recuperado muchas cosas pero también he perdido otras. Si bien mi sangre se ha recuperado totalmente, algo raro de ver tan rápido, mis huesos han ido fallando a medida que el tiempo pasa y otras cuestiones como las defensas en mi boca y mi piel todavía permanecen afectadas. Mi energía sigue muy baja, y aún necesito casi el doble de sueño que una persona normal. Son pocos los días que aguanto sin tomarme un descanso por la tarde. Si bien mi conteo de glóbulos blancos es normal, la calidad de ellos parece no ser buena ya que en este último invierno pasé por dos casos de sinusitis, bronqueoespasmos y hasta cándida, un hongo que me provocó fiebre durante 20 días. Por momentos me frustro porque no puedo hacer ciertas cosas como ir a bailar o ponerme zapatos altos y por otro lado sé que es mucho tratamiento el que recibí y es más que lógico que todavía no me haya recuperado. Respetando todo eso decidí dedicarme únicamente a la facultad, a la que asisto de noche, cuando me encuentro con más energía. Durante el día intento ocuparme de los temas de salud que aún necesitan ser tratados y de acumular energía para estar atenta en la facultad. Los que me conocen saben que soy una persona noctámbula y por eso es que me viene de bien estudiar de noche ya que no me acuesto hasta muy tarde. Es importante que todos entiendan que una enfermedad no termina cuando uno se cura, sino que hay muchas consecuencias que necesitan del cuidado y del tiempo que requiera resolverlas. Mi cuerpo fue muy dañado con tantos tratamientos y necesita mucho tiempo para recomponerse poco a poco. Obviamente no pasa lo mismo con todas las enfermedades pero en este caso, que fue una enfermedad muy agresiva y galopante, el cuerpo pasa factura. Me costó mucho entender todo esto, y aceptar que no puedo hacer la misma vida que alguien normal. Pasé por intentos y frustraciones, teniendo que dejar la facultad y el trabajo pero hoy logré encontrar una rutina justa para mis necesidades.