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Para aquellos que están luchando por su vida

Mucha gente se sorprende por mi estado de ánimo tan bueno luego de haber estado 3 años muy mal. Hasta mi propio psiquiátra me dijo que no es normal estar así de bien después de algo tan duro. Obviamente es bueno, pero no es normal. Quiero compartir con ustedes cómo hice y hago yo para mirar hacia adelante. 
Cuando estaba enferma tuve que hacer un cambio importate en mi modo de pensar. Me tuve que poner a mí en primer lugar. Empecé a priorizarme y a hacer lo que yo quería. En un pasado si yo salía a comer afuera y me sentía mal me hubiera callado la boca, pero hoy lo digo. Aunque recién nos hayan traído los platos, simplemente digo que me siento mal y nos vamos. Cuando mi papá dice que vamos a comer afuera y por alguna razón yo siento que mi cuerpo necesita descansar lo digo. Si tengo un compromiso y antes de irme veo que me siento mal decido quedarme. Es mucho menos lo que pierdo tomando esas decisiones que si fuera. Porque eso que mi cuerpo me pide, si no se lo doy, se me mete adentro y me hace mal. Mi cuerpo todavía no es el mismo de antes, necesita más descanso y cuidado, entonces siempre estoy atenta a lo que me pide. Si me desperté a las 9 de la mañana y a las 11 me siento con sueño me duermo, porque sé que mi cuerpo me lo pide. Es importante que todos los que estemos luchando contra alguna enfermedad le prestemos atención a las señales que nos da el cuerpo. El es la voz que nos va a indicar si algo está mal y aveces con cosas simple como descanso o comida podemos evitar cosas peores. Mi estado de ánimo tiene que ver con no mirar hacia atrás. Aunque no me olvido de todo lo que pasé, lo pongo en el pasado pensando en el hoy y para adelante. Lo que me enoja decido directamente no tratarlo más. Si una cajera me trata mal, no discuto, me voy feliz con mis compras mientras ella sigue con esa actitud negativa. Si se me pierde un objeto, y bueno, lo remplazaré con otro, no es la muerte de nadie. La vida se trata de ver el vaso lleno de todo. El pesimismo, la negatividad, todo eso nos hace mal psiqiuicamente y fisicamente. Si estás enfermo es mejor optar sentirse más que el resto que diferente. Yo hoy siento que pasé por algo que muy pocos pasaron y eso me hace más grande. Maduré a otro nivel que nadie de mi edad lo hizo. Vi otras cosas, y aprendí mucho. Fuerza a mis compañeros de lucha.

Camino despejado

Después de años de idas y vueltas, callejones sin salida, embotellamiento y curvas peligrosas nos encontramos en un camino recto y despejado. Las cosas se encaminan como debe ser y estamos en un buen momento. Ya asentada en Buenos Aires en unas horas parto con mis padres y mis tíos a Mar del Plata a descansar. Hace tanto que no voy. Me voy a dedicar a comer y a disfrutar del teatro y la ciudad. Mi equipaje de mano ? Martini y mucho material de lectura. Mientras tanto mi hermana se toma sus vacaciones a miami antes de empezar a trabajar en Arcor. Otra novedad es la partida de Agus a olivos a vivir sola. Me quedo como hija única y ella se independiza y se va a vivir a un departamento en Olivos. Mientras yo me asiento nuevamente en el país y comienzo una carrera nueva, ella se muda y comienza un trabajo nuevo. Creo que estamos todos contentos. Cada uno haciendo lo que quiere. Voy a sentir un gran vacío en casa sin ella, pero bueno, al menos me quedo con el vestidor solo para mí. Mientras tanto, siempre voy a tener un lugar en su casa y seguramente le tocaré el timbre más de una vez tarde en la noche. Estoy muy feliz por ella. Siento que de un día para otro pasaron los años y somos las dos grandes. Yo por lo pronto no pienso en mudarme ya que bastante independencia tengo en casa ahora que Agus se va. Ya en marzo todos empezamos nuestras actividadces, yo dando clases y estudiando y mi hermana trabajando y viviendo sola. El camino está totalmente despejado.

Somos nuestro cuerpo

Dios nos creó con algo grande, valioso. Salud. Hay personas que nacen sin ella lamentablemente y no gozan de tenerla para poder valorarla. Sin embargo, parece que la conocieran ya que la valoran mucho más que aquellos que la tienen y la desperdician. Nuestro cuerpo es una máquina. A veces tiene desperfectos, necesita energía, cuidado y muchas veces se rompe hasta dejar de funcionar. Nosotros somos los encargados de mantenerlo. Todo lo que comemos, lo que hacemos, lo que sentimos, afecta a nuestro cuerpo de distinta manera. Si yo como por una semana seguida solo frituras, seguramente mi cuerpo responda con un ataque al hígado. Si tomo demasiado sol me arriesgo a tener cáncer de piel y si trabajo sin parar y no disfruto las cosas probablemente me cause mucho estress, que luego se encargará de desarrollar como mínimo un problema nervioso. Antes de enfermarme yo fumaba cigarrillo. Fumadora social como dicen. Apenas me enteré de mi enfermedad no vi nunca más un cigarrillo en mi vida. Bueno sí, los ví, pero no los consumí. La sola idea de estar haciendo algo que pueda perjudicar mi salud me da asco. Siempre fui de comer bien, dentro de todo y hoy estoy sana. Yo no perdí mi salud por algo que hice. Me la arrebataron en un segundo y trabajé mucho para volver a recuperarla. Sin embargo no me canso de ver gente que gozándo de buena salud, la destruye a propósito. Con droga, con exceso o falta de alimento, con autoflagelo, etc. Droga no es sólo la ilegal. Droga es desde la peor cocaína hasta las pastillas para adelgazar o los ansiolíticos en exceso. Hay que comer bien. Comer bien no significa hacer dieta para adelgazar. Vomitar, no comer o comer de más no es comer bien. Tenemos una amplia selección de alimentos gracias a Dios y podemos armar nuestra dieta como queramos. Hay que comer de todo y variado. Adaptemos nuestra dieta a nuestro cuerpo. Mi hermana es vegetariana pero come más variedad de cosas que yo y se mantiene sana. Mi papá no come carne rojas pero vive de las proteínas y hace mucho ejercicio. Cada uno debe hacer lo que a uno le haga bien, nunca pasando hambre y nunca excediéndose ya que nuestro corazón es bueno, pero si le hacemos daño nos va a avisar o no. Somos nuestro cuerpo. Empecemos a querérnos más.

Estamos en el 2012

Estamos en el 2012, y existe la libertad de expresión. Nadie me va a venir a matar ni a quemar en la hoguera por lo que diga. Hay gente sin embargo, que parece seguir viviendo en aquellas épocas, dónde divorciarse era un pecado o hablar mal de la política del país igualaba el ser ejecutado. Hoy traigo un tema común para mí, no tanto para otros. Elecciones. La vida de uno es de uno y de nadie más. Lo mismo pasa con nuestras elecciones. Tiene el mismo significado la elección de un sabor de helado que la elección o preferencia sexual. La persona que piensa que el tener una preferencia sexual diferente a la que le contaron en el siglo pasado está enferma, me da asco. Primero en principal, el ser homosexual o lesbiana no es una enfermedad porque no se diagnostica, no se nace con eso, ni perjudica la salud. Así como yo, como mujer, prefiero a los hombres, un hombre puede preferir a alguien de su mismo sexo o una mujer a una mujer. Me parece que estamos muy avanzados como para creer que las preferencias sexuales tienen una cura o se pueden arreglar. Porque partiendo desde un principio, no son enfermedades ni necesitan ser arreglados. El cancer se cura. Un auto se arregla. La inclinación sexual es una ELECCIÓN de vida. Si el día de mañana mi hijo o hija me dice que tiene una preferencua sexual homosexual o lesbica, no voy a enojarme ni me va a dar verguenza, sino que lo voy a apoyar. Claramente la gente que trata a los homosexuales de enfermos nunca tuvo a alguien enfermo cercano. Si estamos en el 2012, vivamos de acuerdo a la época.