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Estar sola

Cuando no tenés nada que te ate a ningún lado, no importa dónde estés. No estoy cerca ni lejos de nada ni de nadie. Puedo estar acá o en Buenos Aires, nada cambia. Tantas veces me pregunté si quedarme acá en febrero o allá. Dije que sí, que no y otra vez cambio de opinión. Porque no tengo incentivo alguno para  quedarme ni para irme. Es como que no tengo un motivo. Viajo porque sí. Me siento en casa en los dos lados, tengo las mismas cosas es los dos lados. El único cambio es geográfico. Obviamente tengo a parte de mi familia allá y amigos, pero siempre los voy a tener. Siendo una persona con tanto poder de decisión me molesta no poder decidirme en esto. Hasta último momento no sé qué voy a hacer. Hace días tengo las valijas hechas. Creo que lo que necesito es pasar tiempo conmigo sola. Hace mucho que no lo estoy, no digo sola a nivel soltera, digo sola a nivel independiente. Sin nadie que me esté controlando qué hago, cómo y cuánto. Yo sé que mi condición es diferente a la de los demás, pero soy una persona adulta, necesito un espacio. Acá o allá o donde sea necesito respirar aire sin que nadie me diga cómo. Me siento atada. Es un sentimiento parecido al que tenía cuando no podía mover mis piernas, de impotencia.

La herencia de personalidad: Hermanas

Cada día que pasa me doy cuenta cada vez más cuántas cosas heredé de mi mamá y de mi papá, personalmente hablando. Me encuentro charlando con mi papá y pensando las mismas cosas, o respondiendo igual que mi mamá. Mi hermana y yo las dos heredamos cosas diferentes de cada uno. Las dos tenemos en común un gran grado de independencia. Nos gusta hacer las cosas solas, nos gusta estar solas y no necesitamos del intercambio de palabras. Agus es más volátil, digo yo. Ella siempre le gustó irse de casa, a lo de las amigas o invitar gente. Eso lo sacó de mi papá. Yo, al contrario, soy mucho más de casa. Me gusta salir pero siempre quiero volver a mi casa, dormir en mi cama con mis cosas. Agus es obsesiva con el deporte y el bienestar físico como mi papá y mi mamá y yo nada que ver. Por otro lado mi papá y yo somos fieles lectores de todo lo que se nos aparezca adelante. Siempre estamos leyendo algo, un libro o el diario. Mi papá y yo somos los "serios" en la familia. Cuando nos conocen nos tildan como personas muy serias o correctas, pero después le caemos bien a la mayoría de la gente. Mi mamá y agus son lo más encantadoras para los demás de principio a fin. Yo soy más infantil que agus. Mucha gente dice que yo soy la buenita y agus más traviesa o transgresora pero en realidad no sé si es tan así. Muchas veces mi hermana puede ser mucho más buena que yo. Las dos somos egoístas, en todo sentido de la palabra. Somos el centro, lo más importante. El otro día le decía a mi papá que yo era muy inteligente y me dijo que tengo demasiado amor propio. 
Algo en lo que nos diferenciamos mucho es en el manejo de nuestra plata. Yo, al igual que mi papá, ahorro lo más que puedo, nunca siendo miserable, pero administrando mis bienes y siempre pero siempre tengo plata si alguien necesita. Agus es como mi mamá, hace desaparecer peso que se le da. Incontables veces me pidió plata que siempre me devuelve pero es capaz de andar por la calle sin 10 pesos en la cartera. Pero por otro lado, así como las dos compramos, me estoy dando cuenta que al revés de lo que dicen, yo compro más que ella. Agus tiene esas cosas raras ... puede dormir en un hostel sin baño donde le pican los bichos pero come langostinos y ostras. Yo en cambio, con la fobia que me caracteriza, pago lo que sea por una cama, sábanas y toallones limpios pero puedo pasarmela comiendo pan y queso.
Yo soy carnívora y ella vegetariana, yo tengo panza grande y piernas flacas, ella panza tabla y piernas musculosas. Ella tiene ojos verdes y yo marrones. Yo tomo café y ella té. Ella prefiere pasillo y yo ventanilla. Ella maneja y yo no. Ella no se maquilla mucho y yo bueno, ya deben saber. 
Tantas cosas nos diferencian pero al fin y al cabo llego a la conclusión de que estas diferencias nos hacen mejor hermanas. Nos complementamos mutuamente y no creo que podamos vivir una sin la otra. TE AMO HERMANA

9 meses después ... resultados del PET

Pasaron 9 meses desde mi transplante de doble cordón umbilical. El último PET había salido bien pero con alguna que otra intensidad en el hígado. Por eso se me pidió hacer este. El miércoles me lo hicieron y ayer tuve los resultados. Salió negativo. Es decir, no hay actividad tumoral en ninguna parte del cuerpo. Los análisis de sangre son perfectos y muestran una gran recuperación de valores. Excelente resultado. No me sorprendió realmente, porque me siento muy bien pero siempre es bueno tener la formalidad del estudio en sí. Ya pasaron 9 meses y en abril tengo que ir a Minnesota para el aniversario número 1 de mi transplante. Respiro aliviada, éste resultado me da el pie para continuar mi vida como alguien normal. Volveré a Buenos Aires en febrero para ingresar a la facultad. Gracias a todos.

Sentimientos encontrados

Hola a todos. Hoy escribo desde miami. Pasaron unos días desde que llegué y ya me pude reecontrar bien con el lugar y con mis cosas. Escribiendo la otra noche me puse a pensar dónde me sentía mejor, si acá o en Buenos Aires. Realmente no encuentro punto de comparación porque son lugares muy diferentes y en cada uno de ellos llevo una vida totalmente diferente. Miami es mi lugar de escape dónde disfruto todo lo que me gusta, tengo tiempo para hacer lo que quiera y vivo tranquila, sin miedo, sin preocupación. Pero en Buenos Aires tengo todo mi círculo social, mis raíces. Hablando con mi psiquiátra de lo malo que es el estress para las enfermedades me decía que sólo el hecho de vivir en Buenos Aires, aunque uno no trabaje y no tenga la necesidad, agregaba un plus de estress a la vida. El me decía que aunque yo me tomara las cosas con calma y haga lo que me gusta que sólo el hecho de estar en buenos aires me iba a provocar estress. Porque es una ciudad grande dónde prevalece el trabajo en el día a día. Hay inseguridad, pobreza, ruido, contaminación, preocupación en los aires, y en general la gente está con una actitud negativa. Siempre cansados, de trabajar, de vivir. No lo critico, pero identifico Buenos Aires con ese sentimiento. Acá todo es lo contrario. Siento que cuando llego apago el botón de Buenos Aires y me pongo el de Miami, y de pronto duermo mejor, descanso bien, no tengo dolores. Entonces pensé, dónde me gustaría vivir? Y por más que ame esta ciudad y por más que venga cuando quiera y muy seguido, mi lugar está en Buenos Aires. Porque los que nacimos ahí somos inmunes a sus defectos. Miami siempre va a ser mi casa y lo sé. Pero mi base es Argentina, donde voy a estudiar y trabajar y quiero el día de mañana tener mis hijos.

Hasta pronto y un mensaje

En unas horas me voy para el aeropuerto. Mi destino, miami. Son muchas las personas que leen mi blog y gran parte de ellas no me conocen, quizás ni siquiera me vieron en su vida. Otra gente me vio alguna vez pero no sabe cómo soy ni qué hago. Hay pocas personas que me conocen totalmente. En el mundo de hoy, con la tecnología que se desarrolla cada vez más mucha gente cree conocer a alguien con sólo ver su perfil de facebook o leer lo que esa persona escribe en twitter. Ya son varios los comentarios que me llegan de gente que piensa que yo voy a miami a divertirme, a hacer shoping, a gastar plata. Lo dicen porque ven una foto en facebook de mi con bolsas en algún negocio o del maquillaje que compré. Es muy fácil decir "maría está de compras porque la vi en fotos llena de bolsas". Bueno dejenme decirles a los que dijeron eso o lo piensan, que de los dos años que estuve en Estados Unidos la mayoría del tiempo me la pasé en una clínica, con suero, en cama, con dolor. Y cuando surgía el gran momento en que tenía fuerzas para salir o para hacer algo más que hablar de mi enfermedad, mi familia me llevaba al shoping, algo tan frívolo como eso, pero que es lo me hace bien porque nada de serio tiene, porque me distrae, me hace sentirme una persona normal por un momento. Cuando me enfermé adelgazé 15 kilos, y sí, todo el tiempo que pude me la pasé comprandome ropa para mi tamaño en ese momento. Y mi hermana y mi mamá se la pasaban trayendome ropa para sacarme una sonrisa mientras yo no podía salir estando en cama. Gracias a Dios y a mis padres tengo la posibilidad económica para hacerlo. Lamento mucho que siga habiendo personas que se piensan que yo viajo a comprar cosas materiales y no entienden que la razón principal de mi viaje es para hacerme un estudio para ver cómo estoy. Que habiendo vuelto hace tan poco me encantaría quedarme y disfrutar con mi familia y amigos. Y sí voy a ir a miami y voy a hacer compras para mí y para los que quiero, porque puedo y sobre todo porque es una de las pocas cosas que puedo hacer con mi estado hoy, además de estar adentro de casa, claro.

Comienza el 2012

Empieza el año con mucha expectativa. Este viernes me voy a miami. El viaje tiene muchos propósitos. Uno es hacerme los estudios correspondientes para ver cómo está todo. Pero también son mis primeras vacaciones reales. Es la primera vez que voy a descansar, a dedicarle tiempo a mi cuerpo y recomponerme. Estaré allá un mes aproximadamente y quiero renovar mis energías. Voy a nadar lo más que pueda, cuidar mi piel y mi cuerpo. Los estudios no me dan miedo. Creo que es la primera vez que me pasa eso. No tengo razones para tener miedo. Me siento bien y sé que estoy bien. Los tomo como parte de la rutina. Pienso qué voy a sentir cuando llegue a casa allá. No sé, no quiero pensar en el pasado, me voy a concentrar en el presente. Estoy contenta de viajar, siento que me va a hacer bien, pero más contenta me pone saber que voy a volver en febrero y que mi vida va a empezar con un nuevo camino. Un nuevo ritmo de vida. En marzo comienzo a dar clases de inglés particular y a estudiar traductorado en inglés. Todo me lo tomo con calma, es lo que me gusta y no me causa presión. Creo que estoy haciendo las cosas bien. Mi psiquiatra me felicitó ayer por mi estado mental. Con él armamos los pasos a seguir y estoy muy firme en seguir ese camino, pero nunca descarto el hecho de tener la autoridad para dejar cuando tenga ganas de dejar o cuando sienta que necesito hacerlo.