cols="40" rows="2">

Looking back

Antes de volver a Buenos Aires, pensaba que no iba a querer volver a miami una vez que me instale acá. Pensaba que me iba a hacer recordar momentos feos, de soledad. 20 días después me doy cuenta que me equivoqué. Que haber estado mas de un año allá me hizo encariñarme no sólo con el lugar sino con la gente. Miami fue donde más la luché, pero también donde pasé gratos momentos. Quizás lo mejor que viví fue la llegada de martini, mi perro. Martini llegó en un día muy especial, mi cumpleaños de 20. Ese día en el que había reaccionado mal a la droga del protocolo, que volvía sin muchos ánimos y triste. Ese día en mi habitación me esperaba él, bebé, inocente, desde ese día supe que me iba a hacer bien tenerlo. De hecho martini es hoy en día mi mayor compañero. Lo miro como una madre mira a su hijo crecer. Le enseño, le hablo, aunque suene raro. Cuando estuve internada en Minnesota varias fueron las veces que lloré en la clínica por no poder verlo y mi hermana me mostraba fotos de él esperandome en la ventana todos los días. Martini es una de las razones por las que estoy hoy acá. El hecho de querer estar con él me hizo luchar, me hizo ser fuerte. Cuando estaba allá decíamos que era mi perro terapeutico. Y a pesar de que martini no fue entrenado para serlo, fue toda la terapia que necesité para mí. Porque con su simpatía, siempre logró sacarme una sonrisa en los momentos más duros.

Observaciones en diez días

Diez días pasaron desde mi llegada a Buenos Aires y además de ponerme al día estuve observando distintas cosas que intuía iban a suceder. Pero pensándolo me doy cuenta que no es una crítica. Es muy difícil que los demás se pongan en mi lugar, simplemente porque no vivieron nada parecido a lo que yo viví. Al mismo tiempo es muy difícil que yo me ponga en sus lugares porque yo no viví lo que ellos vivieron. Entonces se crea una especie de descolocación. Cuando se habla de lo que pasó durante los años que yo estuve viviendo cosas diferentes yo me traslado hacia otro plano. No comprendo, no entiendo, ese tiempo fue otro para mí. Algo bueno que rescato es que aprendo a verlo con sabiduría, como si yo ya hubiese superado esa etapa y estuviese más allá. Escucho, comento, opino ... pero no comparto. Puedo contar sobre mi operación de rodillas, sobre las punciones de médula, de las convulsiones, del GVHD, de mi sangre, etc. Pero eso es lo único que puedo hacer. No puedo pretender que lo entiendan ni siquiera que se lo imaginen porque ninguno de ellos estuvo ahí. Veo la vida de otra manera, seguro. Muy diferentes son mis prioridades, seguro. Me da bronca? No, porque lo entiendo. Porque no puedo pretender nada de ellos porque no lo saben, no lo entienden. Entonces me quedan dos opciones. O me enojo y me alejo de todo y de todos o aprendo a vivir con eso sabiendo siempre que mi percepción de las cosas está más allá de lo que pueda escuchar, pero entendiendo que siempre va a ser así.

Mi Buenos Aires querido

Hola a todos perdón por la tardanza pero como sabrán ya estoy en Buenos Aires y eso me tuvo bastante ocupada y encima tuve unos problemitas con la compu que ya se arreglaron por suerte. 
¿Qué se siente volver después de un año a mi país?
La verdad que todavía me está costando hacer un análisis sobre eso pero lo primero que puedo decir es que noto mucho cambio. Cambio en la ciudad, en la gente, en todo. Hay cosas que me gusta ver y otras no tanto. Puede tener que ver con que yo también cambié y lo veo todo diferente. Como se puede comprobar en alguna otra entrada mía, sigo sosteniendo que la familia no cambia, es la de siempre, la que puso pausa cuando me fui y retomó cuando llegué. Los amigos en cambio, siguieron sus rumbos y continuaron sus vidas algunos bien y otros no tanto, aunque eso sea pura subjetividad de mi parte. Obviamente hoy veo todo con otros ojos, siento que es un antes y un después y lo que más valoro hoy es mi bienestar físico y psíquico. Mi autoestima, el creer en mí, en pensamientos positivos. No me angustio ni me quedo pensando en problemas o cosas malas. No le doy importancia a aquellos que no me quieren ni me lamento por eso. En cambio me focalizo en los que sí están conmigo, en las cosas lindas, en lo que yo quiero. Ese semi egoísmo es parte de mi forma de vivir a partir de ahora. 
Con respecto a fechas y demás puedo adelantar que me quedo hasta las fiestas y en enero tengo que ir a Estados Unidos a un chequeo y nuevamente en abril. Mis planes son anotarme en la facultad para hacer la Licenciatura en Inglés pero no sé si eso va a ser para marzo o para la mitad del año entrante. Aclaro, anotarme acá, en Buenos Aires. El camino me lo seguirá marcando el destino, ya que soy consciente que a pesar de tener proyectos y planes, todo puede cambiar. 

Saludos
María

Filosofía de vida ...

No sólo es lo que mucha gente piensa, sino que está científicamente demostrado que el stress está directamente relacionado con enfermedades como el cáncer. Ni hablar de enfermedades del sistema nervioso. Ahora bien, quizás se pregunten en qué podía estresarme yo antes de enfermarme. Bueno, lo que sucede es que el stress no es solamente mucho trabajo, problemas económicos, dormir poco, entre otros. Yo me considero o consideraba una esponja. Lo que quiero decir es que muchas veces junto y junto bronca o pensamientos negativos que lo único que hacen es quedarse adentro mío y producen efectos en mi salud. Después de hacer terapia con psicólogo, psquiatra y hasta recibirme de meditadora trascendental me di cuenta que tenía que hacer un cambio. Por eso decidí que todo lo que me haga mal esté lejos mío, y si eso no es posible, ignorarlo. No voy a dejar que nada ni nadie me afecte para mal ni a mi salud psíquica ni a mi salud física. Por eso tomé decisiones sobre la gente que me rodea, los amigos, las diferentes relaciones. No hay peor daño que el deseo de dañar. También se preguntarán quien podría querer o desearme el mal. Bueno, eso es algo que sólo lo se yo y que gracias a que me di cuenta hoy me construí una especia de burbuja a mi alrededor para que todas las energías negativas que se me quieran acercar reboten. Puede parecer egoísta, narcisista, lo que sea, pero lo cierto es que aprendí a quererme y a valorar quién soy y no voy a dejar que nada ni nadie lo destruya.