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Somos nuestro cuerpo

Dios nos creó con algo grande, valioso. Salud. Hay personas que nacen sin ella lamentablemente y no gozan de tenerla para poder valorarla. Sin embargo, parece que la conocieran ya que la valoran mucho más que aquellos que la tienen y la desperdician. Nuestro cuerpo es una máquina. A veces tiene desperfectos, necesita energía, cuidado y muchas veces se rompe hasta dejar de funcionar. Nosotros somos los encargados de mantenerlo. Todo lo que comemos, lo que hacemos, lo que sentimos, afecta a nuestro cuerpo de distinta manera. Si yo como por una semana seguida solo frituras, seguramente mi cuerpo responda con un ataque al hígado. Si tomo demasiado sol me arriesgo a tener cáncer de piel y si trabajo sin parar y no disfruto las cosas probablemente me cause mucho estress, que luego se encargará de desarrollar como mínimo un problema nervioso. Antes de enfermarme yo fumaba cigarrillo. Fumadora social como dicen. Apenas me enteré de mi enfermedad no vi nunca más un cigarrillo en mi vida. Bueno sí, los ví, pero no los consumí. La sola idea de estar haciendo algo que pueda perjudicar mi salud me da asco. Siempre fui de comer bien, dentro de todo y hoy estoy sana. Yo no perdí mi salud por algo que hice. Me la arrebataron en un segundo y trabajé mucho para volver a recuperarla. Sin embargo no me canso de ver gente que gozándo de buena salud, la destruye a propósito. Con droga, con exceso o falta de alimento, con autoflagelo, etc. Droga no es sólo la ilegal. Droga es desde la peor cocaína hasta las pastillas para adelgazar o los ansiolíticos en exceso. Hay que comer bien. Comer bien no significa hacer dieta para adelgazar. Vomitar, no comer o comer de más no es comer bien. Tenemos una amplia selección de alimentos gracias a Dios y podemos armar nuestra dieta como queramos. Hay que comer de todo y variado. Adaptemos nuestra dieta a nuestro cuerpo. Mi hermana es vegetariana pero come más variedad de cosas que yo y se mantiene sana. Mi papá no come carne rojas pero vive de las proteínas y hace mucho ejercicio. Cada uno debe hacer lo que a uno le haga bien, nunca pasando hambre y nunca excediéndose ya que nuestro corazón es bueno, pero si le hacemos daño nos va a avisar o no. Somos nuestro cuerpo. Empecemos a querérnos más.

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