cols="40" rows="2">

Dudas repentinas...

Hace unos días comencé a dudar... dudar de mis pasos a seguir, dudar de la posibilidad de curarme sin necesitar un transplante de doble cordón. Las razones de mis dudas se basan en lo siguiente. Me senté en mi cama a pensar todo lo que había pasado estos dos años que pasaron. Me di cuenta de algo que quizás no había pensado muchas veces. Cuando me diagnosticaron yo tenía 18 años y hoy tengo 20 y pensé ... los dos años de más juventud y vivencia los viví de otra forma; no como una jóven viviendo la vida, no como una estudiante de facultad, no como una chica con problemas de amor o enrriedos amorosos, no viajando con amigas y amigos sin preocupaciones, no. Los viví en mi casa, con mi familia, radicada de mis amistades y de la vida de una chica jóven. Los viví en hospitales, con dolor, con depresión y angustia. Más que todo los viví con miedo. 
El transplante al que supuestamente me voy a enfrentar me va a llevar entre recuperación y demás por lo menos un año... osea un año más de lo mismo. Desde el punto de vista médico es imposible curarme si no lo hago, desde el punto de vista "espiritual" todo lo contrario. Tengo ganas de hacer vida de chica de 20 años por un tiempo. Tengo ganas de que mis problemas sean qué me pongo a la noche o a qué bar voy con mis amigas. Tengo ganas de ser normal  un tiempo o para siempre. Por eso hoy mi decisión de transplantarme esta puesta en duda. Nunca voy a tomar una decisión que perjudique a mi salud. Quiero decir que si la posibilidad de no hacer el transplante significara un riesgo para mi vida ni lo consideraría. La semana que viene me voy a hacer un estudio que va a darme un panorama de como estan las cosas. Si da que ya estoy lista para transplante lo hablaré con cuantos profesionales tenga que hablar para decidir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario