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Desde otro punto de vista...

Hoy fui a Fundaleu a hacerme un chequeo de sangre. Desde que me curé que no iba y fue muy raro. Por un lado me siento parte de ahí ya que pasé mucho tiempo de mi vida dentro. Pero por otro lo miro con otros ojos, ojos de alguien que se curó, que está sano. Lo primero que noté cuando entré fue el olor. Siempre fui de relacionar mucho los lugares con olores, esta no fue la ecepción. Apenas entré detecté enseguida un olor que me llevó directamente a esos días difiles de 2009 cuando me decían que me tenían que dejar internada, las horas sentadas en esos sillones azules mirando los cuadros de los médicos esperando a ser llamada. El olor al plástico impermeable que me ponían sobre el portal y la máquina de café que tanto habremos usado. Las enfermeras que van y vienen, los teléfonos que suenan, los pacientes que se tienen que transfundir sangre ... muchos recuerdos. Esta vez lo miré desde afuera. Un chico pelado me pareció reconocer de antes. Mis enfermeras de siempre, otras nuevas que no entendían por qué todos me conocían. "respirá hondo" me dice la extractora y por dentro me reía ... cuántas veces me habrán sacado sangre. Bajé al laboratorio y otras enfermeras almorzaban, también estaba mi anestesióloga. En el laboratorio la química no me reconoció hasta que le dije mi nombre. Me dijo que estaba muy adulta. Es difícil volver pero me siento como en casa. Algunas cosas cambiaron, otras siguen igual. Yo antes era una de las tantas chicas o chicos sin pelo esperando para la quimio y ahora soy la que se curó y va por control, la gente que  yo antes envidiaba cuando  no me había curado. Todo pasa, todo llega.

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