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Club de campo Armenia solidario

El sábado pasado visitamos el hogar Santa Marta junto con todos los chicos de la actividad del Country Armenio. Pasé un día muy placentero jugando inocentemente con chicos del hogar y del country. Dos grupos diferentes a nivel social sin embargo haciendo las actividades más simples y divertidas no parecían diferentes. Con unos conos, unos aros y pelotas hechas con diario me divertí muchísimo. No sólo les sacamos una sonrisa a tanto chicos que van al hogar sino que en mí experiencia, ellos me la sacaron a mí. Las nenas del hogar se aferraban a mi brazo y querían ser de mi "equipo". Me hicieron feliz. La voluntad y la buena onda de los chicos del country que en ningún momento hicieron diferencia alguna con los chicos del hogar a pesar de ser chicos y quiá no entender mucho. En realidad entienden mucho más de lo que pensé. Estoy agradecida de poder seguir formando parte de estas actividades a pesar de ya ser "grande" y no ir más a la actividad. Le agradezco mucho a Nacho por invitarme a ser parte de esto y a todos los chicos que en el micro de vuelta fueron pacientes en escuchar mi historia de vida que conté para que entiendan que hay muchas cosas en la vida que nos pueden pasar. 
Viendo la buena respuesta de los chicos decidí contarles lo mismo a mims alumnos de colegio. A mi sorpresa no fueron tan sensibles como los chicos del country. En ningún momento dijeron algo malo pero siento que no les pude transmitir lo que quería. Entendí después que no a todos les interesa mi experiencia y que los que pierden son ellos. Probablemente mis alumnos hayan tomaod el tiempo que me tomé en contarles mi experiencia como un recreo de la clase que estaba dictando y no como un momento para reflexionar. Pensé que si yo hubiese escuchado una historia así cuando estaba en secundaria me hubiera servido mucho para reflexionar, pero entiendo y esto lo aprendí hace poco, que no les pueda importar.

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