Desde mi punto de vista...

Abro mi libro y una pregunta frente a mí... ¿Creés que sos afortunada? 

Me río y se me vienen a la mente mas de un millón de razones para decir que no, pero hago una pausa, miro a mi alrededor, me miro a mí y respondo. TOTALMENTE. Si tengo que poner en una balanza de un lado mi enfermedad y del otro mis amigos, mi familia, mi autoestima, mi fuerza, mis ganas de vivir, mi afortunada situación económica que me permite hacer tantos tratamientos, mis doctores, mis enfermeras, mi espíritu, entre tantos otros factores... hay alguna duda de que soy realmente afortunada? Cada día me pesa menos  mi situación con respecto a mi salud. Aprendo a vivir con ella y aunque no me conforme con ella ya no me la paso castigandome por algo que yo no causé. No me rindo, jamás y no me conformo con tratamientos crónicos que me van a dar años de vida pero no me van a curar, sino que me arriesgo, me arriesgo sabiendo a qué me enfrento y prefiero tirar todas las cartas, apostar TODO, pero nunca, nunca, conformarme. Si gano esta jugada lloraré de emoción y si no, me retiro con mucha honra, con muchísima dignidad.