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Mi cuerpo me habla

Quiero que este blog sea una fuente de ayuda para todos. Quiero que ante una duda o un problema puedan encontrar algún escrito mío que los ayude a enfrentar situaciones. Sé que mi blog ayuda a gente con problemas de distintos grados. No es solo un blog para personas que sufren de cáncer. Es un blog sobre la vida, sobre los miedos que se nos presentan, sobre los obstáculos de este juego de la vida. Hoy voy a contar sobre algo que nos pasa a muchos. 
La auto exigencia. Me declaro la reina de la autoexigencia por naturaleza. Yo misma soy mi maestra y me critico en todo lo que hago. En mi reciente viaje a Estados Unidos, yo viajé sabiendo que cuando volvía debía rendir mis exámenes parciales en la facultad. Me remonté al 2008 cuando estudiando en la facultad dejé de ir a conocer Alemania para rendir un parcialito. Los que son lectores deben acordarse ese blog que hice. Un viaje que su propósito principal era hacerme el PET del primer aniversario de mi remisión se confundía con nervios por exámenes parciales insignificantes. De repente me desesperaba y agarraba mis apuntes y estudiaba media hora ni siquiera absorbiendo lo que estaba estudiando. Desde enero que yo sé que debía hacer ese viaje obligatorio, sin embargo, en vez de tomarme las cosas con calma como debería haber aprendido después de semejante enfermedad, me la pasé nerviosa, pensando qué iba a hacer, cómo iba a rendir. Me desbordé. Pero algo hice bien. Me senté a pensar unos minutos y puse en la balanza por un lado mi salud y por el otro la facultad y esa exigencia mia. No hay dudas. Dejé la facultad. No estoy orgullosa de eso porque sí, me carcome el cerebro la idea de haber dejado de estudiar pero sé quie no era mi momento. 
Primero en principal, es muy pronto. Es muy pronto porque todavía no estoy 100% bien físicamente, porque mi mente no esta predispuesta aún y porque me merezco descansar y darme el lujo de tomarme tiempo y no dos días para decidir qué quiero para mi vida. Mi médico de Minnesota me dejó en claro y hasta con un poco de dureza en sus palabras que después de tantos años de castigo a mi cuerpo y a mi mente ya ni debería dudar en estas cosas. 
Soy la primera en querer hacer todo lo correcto en la vida y la primera en decepcionarme cuando no me salen las cosas. A veces culpo a los otros por exigirme cuando en realidad soy yo la que se presiona para hacer todo al mismo tiempo. No voy a volver a equivocarme ni a exigirle a mi mente y a mi cuerpo algo que no pueden hacer. Gracias a Dios tengo tiempo, tengo la posibilidad económica de no salir a trabajar ya y tengo la posibilidad de estudiar cuando se me de la gana. Tengo que aprender que equivocarme es sano y que mi prioridad hoy y para siempre es mi salud. 
Agradezco a mis amigas que me ayudaron a ver esto, a mi hermana que fue la primera en decirme que me de un tiempo, a mi prima sabri, a mis médicos y a todos realmente. 
Es un buen momento para reflexionar sobre qué estamos haciendo y si estamos felices o no.

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