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Había una vez... (parte 12)

A la semana siguiente me presenté en el hospital para una segunda prueba. Era el día de mi cumlpeaños de 20. El 25 de mayo del 2010. Cuando llegué al hospital me dijeron que ese día iba a estar en un cuarto aparte por si pasaba otra vez lo de la vez anterior. Cuando lluegué a la habitación había un cartel en la puerta que decía "here is the birthday girl". Entré y la habitación estaba llena de globos y carteles y en mi cama una bolsa enorme de golosinas. Me emocioné mucho. Todo eso era para mí, por mí. Antes de darle una segunda chance a la droga, tuve que escribir algo que no me gustaría tener que volver a escribir jamás. Para que puedan realizar la segunda ronda, tenía que escribir una carta en donde me comprometía a asumir todos los riesgos que una segunda ronda implicaban. Entre ellos estaba la muerte. Fue mi decisión hacerlo y aunque me costó entregué la carta firmada ese mismo día. La segunda ronda comenzó, esta vez con muchas más medicaciones de precaución. No recuerdo mucho más, sólo recuerdo despertarme y recibir la noticia que había reaccionado mal otra vez. Cuando desperté, Alex, la enfermera encargada de mi caso se sentó al lado mío llorando. Me dijo que nunca había visto una valentía tan grande como la mía. Realmente lamentaba que la droga no pudiera entrar en mi cuerpo pero estaba orgullosa de lo que había logrado hasta el momento. Ese día volví a casa y recibí el mejor regalo de mi vida... Martini. Entré a mi cuarto y estaba en una cuna correteando. Lo agarre en mis brazos y lloré de emoción y de tristeza a la vez. Martini me cambió la vida y cada día lo sigue haciendo.

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