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Viejo

Ni empecé a escribir y ya se me llenaron los ojos de lágrimas. Llego su momento, uno de los más esperados. Cuando iba al colegio y me proponían una actividad bastante común como la de responder... quién es tu ídolo? a diferencia de mis compañeros que seguramente ponían Maradona o un cantante famoso, yo ponía mi papá. Hoy lo sigo pensando así. Mi papá es para mi un modelo a seguir. Es humano y como todos tiene sus defectos y sus virtudes pero creo que eso lo hace más admirable todavía. Desde chica tengo una relación muy cercana a él. Siempre disfrutó el tiempo que tenía para estar conmigo y con mi hermana y los tres siempre fuimos muy compinches, con mi mamá también por supuesto. Pero cuando me enfermé y mi papá decidió dejar de ir a trabajar para estar más en casa que gracias a dios lo puede hacer, no sólo empecé a compartir mucho más tiempo con él sino que se transformó en mi fiel compañero. Muchas noches en donde no comía y tampoco lograba conciliar el sueño, se sentaba en un sillón al lado de mi cama y mirabamos todos los programas de chimentos habidos y por haber hasta que muy tarde en la noche cuando todavía no había comido, me ofrecía cocinarme lo que quiera para que al menos comiera algo y descubrí que hace unas tostadas con huevo muy ricas. Siempre supimos reirnos en momentos de no tanta alegría y siempre supe cuando algo andaba mal porque lo podía ver en su cara. No puedo evitar sacar una sonrisa cuando me acuerdo mis noches en el hospital donde debíamos medir la cantidad de orina que hacía y como nos daba fiaca inventábamos una cantidad razonable y mi mamá se enojaba. O cuando me acompañó a un recital de pop en miami y se sabía la letra de las canciones más que yo. A veces creo que una de las cosas buenas que me deja toda esta experiencia es la gran relación que formé con mi papá. Creo que si antes trabajaba mucho y no estaba tanto en casa, ahora es todo lo contrario. Más allá de que eso haya pasado por mi enfermedad también pasó por mí. Siento que dejó todo por mí y lo sigue haciendo todos los días. A veces me preocupa pensar en que no existe forma alguna de devolverle todo lo que hizo y hace por mí, aunque sé que no tengo que hacerlo. Lo que más me alegra es saber que el está orgulloso de mí y yo de él. Creo que mi papá no es sólo mi ídolo, es el ídolo de mucha gente. Y para mí ser su hija es un orgullo y una bendición.

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